MI PRIMITIVO HELLÍN
Cedente
Agustín Cifuentes- Alejandro Tomás Ibáñez (ATOMI)
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Aun llevo metió en los ojos (PUERTAS DE MADRID)
aquel primitivo Hellín,
comenzaba como agora,
en Las Puertas de Madrid.El lavaor del Tío Panaero,
con el Cementerio enfrente, (CEMENTERIO)
y, entre estos dos edificios,
la carretera y la fuente,
junto a la cual se elevaba
otro modesto edificio
en el que había una Taberna,
y escrito, en su frontispicio,
un rótulo singular
que decía pa anunciarse:
“MAS VALE MOJARSE AQUÍ
QUE IR LA FUENTE Y AHOGARSE”.En las faldas del Calvario (LAS CUEVAS)
también me acuerdo que había
la GRAN CUEVA DE CAMPILLO,
de la que hablaré otro día…Por la calle Pi y Margall (CALLE PI Y MARGALL)
seguía la carretera
que, atravesando San Roque,
bajaba la cuesta entera,
y al final, desde un rellano
bastante más espacioso,
enfilaba por la calle
de Don Benito Toboso (BENITO TOBOSO)
en cuyo principio estaba,
dándole mucho color,
la Alhóndiga, un herradero
y un mesón, llamao DEL SOL.(Mi memoria, que no es tarda,
me recuerda que, esta calle
era entonces, “Calle Guardas”).Seguía por esta calle,
y, haciendo un giro, de pronto
bajaba por la del Águila, (MERCADO DE ABASTOS)
disquia la posá del Tonto,
siguiendo por Buenavista,
recorriendo por un lao,
disquia las Puertas de Murcia,
la peana de María la O.
Y, allí, el pueblo arremataba
la casa del Maestro Tino,
las de Herodes y Quesada.Como se ha podío observar, (SALIDA DE LA CARRETERA DE MURCIA)
la carretera pasaba
por to el centro la Ciudad.
Más tarde se hizo el ramal
que, bordeando el Cerro del Pino,
de Las Puertas de Madrid,
va hasta los Cuatro Caminos;
donde, pa unirse, le espera
la vetusta carretera
del antiguo itinerario
que, de Las Puertas de Murcia, (JARDÍN DE LA GLORIETA)
bajo olmos ya milenarios,
bajaba hasta la llanura
buscando, ya, la salía
y el pueblo la despedía
con la clásica silueta
de nuestra Plaza de Toros
y el jardín de LA GLORIETA.Disquia la Cuesta e San Roque, (BAJADA DE LA CUESTA DE SAN ROQUE)
la calle de Pi y Margall,
solo por su parte izquierda
estaba ya edificá.
Casas de aspecto rural
y, en cuasi toas vivían
las gentes que trabajaban
la industria de alfarería,
que elegían este lugar
porque el Cerro San Cristóbal (CERRO DE SAN CRISTÓBAL)
les podía proporcionar
el material necesario
pa que pudian trabajar.Al otro lao, to era huerta
de frutales y besanas
extendías por la vega
y, en perspectivas lejanas,
jalonando los caminos,
las diminutas siluetas
de columnas y molinos; (CRUZ DE LA LANGOSTA)
de señoriales “barajas”
y, como blancos sudarios,
sobre unas cimas angostas
las ermitas del Calvario
y la Cruz de la Langosta.Al iniciarse la cuesta
pa subir disquia San Roque,
la carretera, dividís
el pueblo en dos grandes bloques.
Al este, tirando al sur,
en este monte picudo
que ya se le conocía
por “EL CERRRICO BARBUDO”, (CERRO BARBUDO)
ya existían pinas calles
que hasta la cumbre, subían
bajando, al laíco contrario
disquia la calle la Vía;
calle que, por esta parte,
límite del pueblo era,
pus, por la calle Higuericas
se unía a la carretera.El bloque norte, se hallaba (CERROS DE CASTILLO Y SAN RAFAEL)
sobre dos cerros también,
la colina del Castillo,
y el Cerro San Rafael.
En ambos calles angostas
que descienden sin cesar,
por una parte al Barranco,
por la otra , disquia El Rabal, (EL RABAL)
formando tuicos los barrios
del mayor sabor añejo:
como el Pozo de los Perros,
el Cinto, el Cañico Viejo,
Barrio Nuevo, Peña Caida,
y otros caseríos obreros
que, por la calle el Camino,
llegan al Atajadero.
Este era el límite norte
del pueblo, en la antigüedad,
y, del Hellín primitivo
era el núcleo principal.Luego, la Plaza, el Convento, (CALLE DE ERAS)
calle de Eras, Plantonar,
Osarios y El Coliseo,
convertío en muladar,
Mesones, Plaza Santa Ana,
la Perla y el Carrerón
con el Huerto Los Naranjos
y su enorme paredón
formaban tuico el oeste
de la antigua población.Lo que abarcaba el entorno
que acabo de describir,
es, lo que al nacer el siglo,
ocupaba nuestro Hellín.