EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

Dicen que el presente año,
por nuestras autoridades,
se emprenderá una campaña
para que, en las Navidades,
no exista en Hellín persona
que celebre el Nacimiento
titiritando de frío
ni con estómago hambriento.

La idea es de maravilla
y anda por buen camino;
pues, creo la patrocinan
los señores del Casino,
los cuales, todos pudientes,
nobles y caritativos,
habrán de contribuir
con cuantiosos donativos.

Un socio muy destacado
nos ha dicho que daría
lo que cuesta organizar
una de sus cacerías.

Otro de los que no ha mucho,
fue distinguido turista,
piensa dar igual que dio
para ver una “Revista”.

Uno, que creó un Hotel
y que el comercio es su anhelo
dará lo que le producen
sus partidas de chamelo.

Y otro, campechano él,
dice que tiene dispuestas
las pesetas que su jaca
le ha ganado ya en apuestas.

Todos, en fin, se proponen
aportar mucho dinero,
más que se suelen dejar,
a veces “en el tercero”.

Y me han dicho que unos cuantos
dinámicos y cabales,
que son, además de socios,
célibes y concejales,
han tenido, para el caso,
la ocurrencia felicísima,
de dar un baile de gala
el día de la Purísima,
al que asistirá un plantel
de bellezas hellineras
con su garbo, su alegría
y su gracia retrechera,
las que para coadyuvar
a fin tan caritativo
sólo bailarán con quien
les entregue un donativo.
…………………………………….
Como ya habrán comprendido,
todo lo que he relatado,
no es cierto. Son cosas
que yo he soñado.

Y cuando al despertar vi
que todo era una ilusión,
y que quedaron los pobres
sin ropas y sin turrón;
pues, para tan noble empresa,
nada se hace y compromete,
a pesar del bello ejemplo
que dan Madrid y Albacete,
sentí gran desilusión
y expresé mi sentimiento,
exclamando una vez más:
Que esto sea así…

LOLA MENTO