EL SECRETO DEL TÍO AVANZA
Mes de publicación
Diciembre 1990Cedente
Agustín Cifuentes- Alejandro Tomás Ibáñez (ATOMI)
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Dicen que, casi en los tiempos
llamaos de Maricastaña,
se comportaba, en Hellín,
de una forma mu extraña,
un viejo mu popular
por sus ingeniosas chanzas,
el cual era conocío
por el “mote” de TIO AVENZA.
Hombre mu trabajaor,
de joven fue agricultor;
mejor dicho, jornalero,
pus no tenía tierras propias,
y ganaba su dinero
yendo de aquí para allá,
a donde lo contrataban
pa echar alguna peoná.A más de la actividad
con que ganaba el sustento,
era un “manitas” osao
que empleaba los momentos
libres de su ocupación,
en hacerle a los vecinos
alguna reparación,
fuera de carpintería,
pintura, cerrajería,
obras, electricidad,
de sastre u fontanería.A to lo que había que hacer,
se prestaba mu gustoso,
luciendo su habilidad,
cuando se encontraba ocioso
por lo que, sobre el jornal,
incierto y poco abundante,
esas chapuzas que hacía,
le producían bastante,
no sólo pa vivir bien,
sino, pa ahorrar unas “perras”
con las que pudo comprarse
en la huerta, algunas tierras.Cuando, por su mucha edad,
dejó de ser jornalero,
como a lo largo de su via,
había ahorrao algún dinero,
se compró una “güena” casa,
un burro y un carromato,
al que le puso un tablero
que semejaba un gran plato,
con doce círculos, que eran
como redondos soportes
de una enorme cantarera.Con tan nuevos elementos,
este hombre, trabajaor,
inició un nuevo negocio;
se convirtió en “aguaor”.Con el xitao carromato,
tuico el pueblo recorría,
cobrando solo “una perra”
por cántaro que servía.Como en las casas entonces
no había agua corriente,
del servicio del Tío Avanza,
se aprovechó mucha gente,
pus libraba a las mujeres
de esa espera deprimente
que tenían que soportar
si iban, por agua, a la Fuente.Como meterse a aguador
fue cosa sencilla y “güena”,
hubo otros dos aguadores:
el PERICO y CARTAGENA.Pero, el negocio de estos,
fue más modesto, discurro,
pus, en vez del carromato,
utilizaban un burro,
aparejao con aguaeras,
con tan limitao equipaje
solo podían llevar
cuatro cántaros, por viaje.
Se decía que el Tío Avanza,
a sus hijos intrigaba,
diciéndoles, con frecuencia,
que él, un secreto guardaba,
que era de suma importancia,
y que ocultaba tan fuerte,
que solo se lo diría
al verse en trance de muerte..Los hijos, mu escamaos,
sentían gran impaciencia,
pus, creían que se trataba,
de alguna importante herencia,
que el “paere” tenía guardá,
y que podía morirse
sin llegarlo a revelar.Un día que el TÍO AVANZA
a causa de un resfriao,
cuando llegaron los hijos,
lo encontraron acostao,
pensaron que era el momento
propio para averiguar
en qué consistía el secreto
que tenía que revelar
y con mucha precaución
pa no alarmar al anciano.Dando vueltas al asunto,
el mayor de los hermanos dijo:
-No es porque se encuentre usted,
en extrema gravedad,
pero, creo que el secreto
nos lo debe revelar;
pus, sería tristeza grande
y sería una triste gracia,
que, siguiendo usted callao,
ocurriera una desgracia,
y se fuera al otro mundo,
sin habernos revelao
un secreto tan fecundo.Dudó una miaja el anciano,
y respondió: -Es verdad
lo que dices, hijo mío,
y os lo voy a revelar.
Mirad bien, si estamos solos,
y naide más, puede oir,
este secreto tan grande,
que, agora, os voy a decir.
Escuchad bien, hijos mios
– dijo con tono profundo –
“EL VINO CON LA NARANJA
es lo mejor de este mundo.”Los hijos, al escuchar
tan futil revelación,
se quedaron de una pieza
ante tan gran decepción.Desde entonces por el pueblo
cuando se escucha una chanza,
la gente dice que es
EL SECRETO DEL TÍO AVANZA.