Aunque parezca estirado
por su manera de andar,
y sea un hombre “pinchoso”
(ya que vive de pinchar)
si lo tratas, enseguida,
llegarás a comprender
que es persona muy amable,
fina, educada y cortés.
Es tan ducho y tan capaz
en cosas de medicina,
que igual pone una ventosa
que inyecta penicilina,
que te cuida una lesión
sea supurosa o traumática,
o te pone, con esmero,
la vacuna antitetánica.
Es tan modesto y sencillo
que se reduce su anhelo
a echar, si deja el trabajo,
un ratito de chamelo;
y a esperar Semana Santa;
pues, su ilusión mas preciosa
es salir de Mayordomo
con los de La Dolorosa…
Con mucha aproximación
Oirás el nombre que tiene,
si traduces al francés
solo la frase : ¿QUIEN VIENE ?
JERINGUIQUE