Persona culta, formal,
simpática y agradable.
En tiempos muy revoltosos
fue ,de derechas, Alcalde.
Y pese a ser ponderado
y actuar con tino y talento,
los de enfrente, lo ficharon,
y al venir el alzamiento
la fobia se desató;
y mal lo hubiera pasado
de no convertirse, a tiempo,
en hábil “emparedado”.
Pese a su gran posición
su vida no es ostentosa.
Y solo demuestra orgullo
cuando, con La Dolorosa
desfila en las procesiones
con el vistoso esplendor
de su báculo e insignias,
como cofrade Mayor…
Con esto y con su tertulia
del Casino Cultural,
vive tranquilo y contento,
igual que un señor feudal,
de aquellos que, en el medioevo
dirigían el cotarro,
desde un campo de Castilla
o desde un fuerte “navarro”.
JERINGUIQUE