Don Manuel Cassola Fernández
Cedente
Agustín Cifuentes- Alejandro Tomás Ibáñez (ATOMI)
-
Hoy me voy a referir
a otro hellinero muy grande,
al ilustre militar
MANUEL CASSOLA FERNÁNDEZ.
Agosto del año mil
ochocientos treinta y siete,
nació en la Cuesta del Caño,
un espigado mozalbete,
hijo de Alberto Cassola
y de María Fernández,
que andando el tiempo, sería
un hombre de los más grandes
que, en España, han existido,
por la eficacia y tesón
con que, a su Patria, han servido.
Al cumplir los quince años
el referido mozalbete,
lo mandaron a Toledo
e ingresó como cadete,
y tras tres años de estudio
y trabajo permanente,
ingresaba en el EJÉRCITO
con grado de SUB-TENIENTE.
El año cincuenta y seis
del siglo pasado, en Madrid,
mediado ya el mes de junio,
se tuvo que reprimir
con dureza extraordinaria
un motín, que promovieron
gentes revolucionarias.
En la batalla que hubo
contra esta revolución
nuestro paisano CASSOLA
tuvo una gran actuación
y admiró tanto a sus jefes
la forma en que estaba actuando,
que en premio le concedieron
medalla de SAN FERNANDO.
Batalló en SANTO DOMINGO
con una eficacia tal
que por méritos de guerra
fue ascendido a CAPITÁN.
Tres años estuvo en CUBA,
y en este tiempo se halla
además de muchas veces
en los campos de batalla,
enseñando a los soldados
sus tácticas ejemplares,
dirigiendo y animando
las Cátedras Militares.
Por su labor ejemplar
en todo el periodo aquel,
fue nombrado COMANDANTE
y TENIENTE CORONEL.
A más fue condecorao
para su actuación premiar,
con esa CRUZ, que le llaman
del MÉRITO MILITAR,
y entonces también le dieron
esa famosa ENCOMIENDA
de nombre CARLOS TERCERO.
La malaria y los desgastes
de su agitado vivir,
atacaron su salud
y se tuvo que venir
a vivir, un poco tiempo,
reponiéndose en Hellín.
Poco duró su reposo
en el pueblo, pues en vista
de que se había declarado
la nueva GUERRA CARLISTA,
nuestro inquieto militar,
ante circunstancias tales,
se marchó, para integrarse
en las tropas liberales,
combatiendo con su gente,
con gran heroísmo y garra
en batallas que se dieron
en VASCONIA y en NAVARRA.
Su actuación en esta Guerra,
fue muy notable también,
valiéndole sus victorias
el ascenso a CORONEL,
y poco tiempo después,
alcanzó un ascenso más,
le nombraron BRIGADIER.
Y llegó a ser GENERAL
por su valor y redaños
a una muy temprana edad,
a los TREINTA Y SIETE AÑOS.
El año setenta y seis
de los del Siglo anterior,
en CUBA tuvo lugar
una nueva insurrección
y CASSOLA, demostrando
que no quería cesar
de ponerse a la cabeza
de los que iban a luchar,
de nuevo se fue hacia CUBA
y logró ser por sus méritos
COMANDANTE GENERAL,
del total de aquel EJÉRCITO.
Y también obtuvo el título
por su actividad y talento
de GOBERNADOR CIVIL
en el DISTRITO DEL CENTRO.
Como se puede observar,
este gran paisano estuvo
en su vida militar,
en todas las guerras que hubo
y fue toda su actuación
tan grande y tan destacá
que a los cuarenta y ocho años
fue CAPITÁN GENERAL.
Casi todos sus ascensos
fueron premio a sus acciones
y lucieron en su pecho
muchas condecoraciones.
De nuevo, debilitado
por el ambiente y la guerra,
el año setenta y ocho,
volvió CASSOLA a su tierra.
No solo penalidades
en EL CARIBE encontró,
pues todos sus sufrimientos
tuvieron compensación,
allí encontró a una cubana,
buena, hacendosa y hermosa
de la que se enamoró,
convirtiéndola en su esposa,
compañera que a su lado,
lució con brillo y realce,
conocida por el nombre
de CARMEN GUTIERREZ ARCE.
Las circunstancias hicieron,
que en este momento crítico,
nuestro “bravo” militar
se convirtiera en político.
Ocupó importantes cargos,
por su fama bien ganada,
fue CAPITÁN GENEERAL
del distrito de GRANADA,
diputao por Cartagena,
varias veces senador.
En su actuación en LAS CORTES,
destacó como orador.
Fue Director General
del CUERPO DE ARTILLERÍA,
y ocupó otros muchos cargos
en los que destacaría
su extenso conocimiento
en cosas reglamentistas,
y su firme inclinación
en ideas reformistas.
Al formar nuevo Gobierno
en el año ochenta y siete,
SAGASTA incluyó a CASSOLA
en su nuevo Gabinete,
como MINISTRO DE GUERA,
y desde esta plataforma,
CASSOLA se apresuró
a presentar su reforma,
la que daría al EJÉRCITO,
distinta modalidad.
En principio, la propuesta
tuvo muy buena acogida
en toda la infantería
y en los de caballería,
pero, por razón política,
egoísmos y rencor,
no gustó a otras unidades,
ni a los de Estado Mayor
oponiéndose en las CORTES
a reformas tan certeras,
DUBAL y MARTÍNEZ CAMPOS
que con PRIMO DE RIVERA,
a pesar de que SAGASTA,
ayudó a CASSOLA en esto,
los oponentes lograron,
ver rechazado el proyecto.
Y al fracasar su ideal,
presentó la dimisión
y abandonó la política
lleno de desilusión.
Corría el año NOVENTA,
cuando le llegara el fin,
a los CINCUENTA Y TRES años,
a este gran hombre de Hellín.
Esta prematura muerte,
no le permitió observar,
que su reforma a la postre
se llegaría a implantar.
Perpetúa la memoria
de este ilustre militar
una estatua que en Madrid,
va cambiando de lugar.
En Hellín se le recuerda,
tan solo, por el detalle,
de tenerle dedicada
una de sus viejas calles,
y en otro lugar del pueblo,
que han encontrado aparente,
ya podemos contemplar,
desde tiempo muy reciente,
un busto, que nos recuerda
a tan ilustre paisano,
debido al fino cincel
del escultor ZAMORANO.
J. DE ARAGÓN