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Don Justo Millán Espinosa

Cedente

Agustín Cifuentes
  • Don Justo Millán Espinosa
  • Alejandro Tomás Ibáñez (ATOMI)
  • De todos los hellineros,
    cuya vida fue famosa,
    destacó por su valía,
    JUSTO MILLÁN ESPINOSA,
    arquitecto extraordinario,
    de labor tan singular,
    que llegó a darle una fama
    de renombre universal.

    De familia acomodada,
    tenía un tío sacerdote,
    que, al observar, con agrado
    las extraordinarias dotes
    que tenía su sobrino
    en eso de dibujar,
    pues todo lo que veía
    se lo podía copiar,
    con la misma perfección
    que había en el original,
    de acuerdo padres y tío,
    dijeron al interfecto,
    que, con tales condiciones,
    debía hacerse ARQUITECTO.
    Y a pesar de que DON JUSTO,
    no era, ya, una criatura,
    se marchó para Madrid
    a estudiar Arquitectura.
    Allí consiguió, después,
    por su valía y empeño,
    ser alumno preferido
    de su profesor JAREÑO,
    Catedrático, en la Escuela
    Oficial de Arquitectura,
    y Arquitecto, que era autor,
    de varias obras de altura.
    JAREÑO, años después,
    dijo: -“Tengo la impresión
    que es MILLÁN, el Arquitecto
    mejor que hay en la Nación,
    pues, en su obra destaca,
    una bella conjunción,
    de un original dibujo
    y una sabia ejecución.


    Nació DON JUSTO MILLÁN,
    según mi leal saber,
    en el Siglo diez y nueve
    y en su año CUARENTA Y TRES.
    Y el año SETENTA Y UNO,
    de este mismo Siglo, era,
    cuando este gran Arquitecto
    terminara su carrera.
    Era de baja estatura,
    su aspecto era interesante,
    con la barba muy poblada
    y los ojos penetrantes,
    voz aguda y atiplá,
    poco comunicativo,
    te daba la sensación
    de ser un introvertido.
    Enemigo furibundo
    de exhibiciones y honores,
    siempre se negó a aceptar
    premios, condecoraciones,
    agasajos y homenajes,
    proponérselos, tan solo,
    era para él, un ultraje.
    Como construyó, dos veces,
    en Murcia, el TEATRO ROMEA,
    a los dueños del local
    se les ocurrió la idea
    de destacar su labor,
    instalando un medallón
    con el busto de DON JUSTO,
    en la pared del salón.
    Conocidas sus rarezas,
    lo quisieron ocultar,
    hasta que la obra estuviera
    por completo, terminá.
    Todo se hizo en su ausencia
    pensando fuese aceptado
    si al enterarse, era ya,
    todo un hecho consumado.
    No fue eso así, cuando vio
    aquel medallón enfrente,
    montó en cólera y dispuso
    quitarlo inmediatamente.
    Toda esa misantropía,
    oscureció, grandemente,
    a un hombre de tal valía,
    pus, por su obra fecunda
    bien mereció figurar,
    entre tos los Arquitectos,
    su obra en primer lugar.


    Su obra se inicia, en Hellín,
    con proyecto extraordinario
    pa conseguir esa TORRE,
    tan esbelta del ROSARIO.
    Y esa original fachada
    tan alegre y tan “bonica”
    que sirve de frontispicio
    a nuestra querida ERMITA,
    de cuya obra, la Revsita
    ANALES DE ARQUITECTURA,
    el escritor RIPOLLÉS,
     información nos procura,
    en la obra ya citada,
    y en la ampliación del TEMPLO,
    logra una grandiosidad
    que produce gran efecto.
    Allí, adoptó el Arquitecto
    la forma “eclética” actual,
    mezclando el estilo árabe,
    griego, corintio, ojival,
    con ambientes bizantinos,
    y, con sabia habilidad,
    se logró un conjunto armónico,
    muy bello y original.


    Otras obras que DON JUSTO
    realizó en nuestra ciudad,
    fue el proyecto de aquel teatro
    que se llamó PRINCIPAL,
    el del nuevo CEMENTERIO,
    y el del ASILO-HOSPITAL,
    y el de aquella ESCALINATA
    de la IGLESIA ARCIPRESTAL.
    La fachada de la Iglesia
    del CONVENTO DE LAS CLARAS
    y diseñó los herrajes
    de Puertas y de Mamparas,
    que separaban el CORO
    y CAPILLA PRINCIPAL,
    y los sostenes de Púlpitos
    de la Iglesia Parroquial.

    Tal vez, su mejor proyecto
    para el pueblo realizado,
    fuera aquel que concibió
    para una FERIA o MERCADO.

    Según varios Arquitectos,
    era una cosa tan diestra,
    que podía considerarse
    como una OBRA MAESTRA.
    Sin embargo, obra tan grande,
    que podía realzar
    la importancia de este pueblo,
    no se llegó a realizar.


    Cuando empezó a trabajar,
    desde sus mismos principios,
    fue designado ARQUITECTO
    para nuestro Municipio.
    Y el año SETENTA Y CINCO,
    viendo que mucho promete,
    ARQUITECTO PROVINCIAL
    lo nombra para ALBACETE,
    donde la DIPUTACIÓN
    viendo su excelente oficio,
    le encargó la construcción
    del magnífico Edificio
    que ocupa en la actualidad.
    Fue el OCHOCIENTOS OCHENTA,
    el año que se estrenó,
    el día veintitrés de enero,
    y, aún, se conserva lozano,
    como EDIFICIO señero.
    Otras importantes obras
    realizó en la Capital,
    entre ellas la REFORMA
    DE LA IGLESIA CATEDRAL.


    Pero donde más destaca
    la labor de este paisano,
    fue en la obra que realizó
    en territorio murciano.

    Nombrado el OCHENTA Y UNO
    Arquitecto Diocesiano,
    de la Diócesis de MURCIA,
    por el OBISPO MURCIANO.
    Y también fue designado
    en dicha misma ocasión,
    ARQUITECTO PROVINCIAL
    DE AQUELLA DIPUTACIÓN.

    Allí se puede afirmar
    que desarrolló DON JUSTO,
    su mejor actividad.
    Con gran eficacia y gusto
    hizo en la tal Capital,
    obras de distinto estilo
    y de gran utilidad.
    Fueron obras destacás,
    EL MANICIMIL, EL HOSPICIO,
    y la CARCEL PROVINCIAL.
    Es también, obra famosa,
    que tiene mucho que ver,
    la FACHADA DE LA IGLESIA
    del Santo BARTOLOMÉ.
     Los teatros CIRCO y ROMEA,
    dos obras de gran relieve,
    el segundo, fue rehecho
    el año NOVENTA Y NUEVE,
    y la GRAN PLAZA DE TOROS,
    tan vistosa, que no extraña,
    que el que la ve, diga que es
    la más “bonica” de España.

    Otra infinidad de obras
    de aspecto monumental
    en la provincia de Murcia  
    y la misma Capital.
    En Cartagena, edifica
    la iglesia LA CARIDAD,
    y para CIEZA proyecta
    el Paseo Principal.
    Levantó en JUMILLA, el Teatro
    con elegante amplitud,
    y en Yecla, hizo la Iglesia
    llamada EL NIÑO JESÚS.

    En al año OCHENTA Y NUEVE
    cuando se iba a celebrar
    en PARIS la exposición
    de fama internacional,
    las empresas españolas
    que a ella, iban a concurrir,
    pensaron en levantar
    una PLAZA DE TOROS allí.

    Anunciaron un concurso
    y concurrieron a él,
    JUSTO MILLÁN ESPINOSA
    y un arquitecto francés.
    Examinaos los proyectos
    resultó con claridad,
    que el presentao por Don JUSTO,
    era el más original,
    más vistoso y hacedero,
    y se hacía con la mitad
    del tiempo y del dinero.

    Le adjudicaron la obra
    y se trasladó a París,
    comenzando este trabajo
    con agilidad febril,
    y en el increíble plazo
    de sólo veintiocho días,
    aquella Plaza Portatil,
    estaba ya construida.
    Era toda de madera
    con un encaje tan raro,
    que, para hacerla, no había
    que clavar ni un solo clavo.
    DON JUSTO, con esta obra
    tan rara y original,
    extendió por todo el mundo
    su fama internacional.
    Regresó de nuevo a Murcia
    y derrochando energía,
    desde su estudio instalado
    en la calle Platería,
    salieron continuamente
    de proyectos, un porción,
    para obras que realizaron
    por toda nuestra Región.

    El Palacio Episcopal,
    se reconstruye o repara,
    Conventos de LA VERÓNICA,
    Agustinas y Las Claras,
    los de Santa Catalina,
    Carmelitas y Santa Ana,
    todos ellos, en el casco
    de la Capital murciana.
    Donde en paseos y plazas,
    hizo reformas sin fin,
    y también hizo la Iglesia
    dedicá a SAN ANTOLÍN.
    Fue considerao DON JUSTO
    por su singular relieve,
    el arquitecto murciano
    en el Siglo DIEZ Y NUEVE.
    Al construir el ROMEA
    a su labor puso fin,
    y el año NOVENTA Y NUEVE,
    volvió a vivir en Hellín.
    El cese en todos sus cargos
    rápidamente procura
    y abandona oficialmente,
    su labor de arquitectura.

    Hace entonces sus pinitos
    en política local
    y a comienzos de este Siglo ,
    fue Alcalde de la Ciudad,
    que entonces, era una Villa,
    y en lo político había,
    cacicás y zancadillas.

    No soportaba esos líos
    el carácter de este hombre,
    y cedió el cargo de Alcalde,
    a su hijo, del mismo nombre,
    y como ya disponía
    de saneado capital,
    DON JUSTO en lo sucesivo
    se dedicó a descansar,
    y únicamente por “jovi”
    diseñaba algún proyecto
    o hacía bellos dibujos.
    Se dice que, de uno de estos,
    salió ese original Trono,
    que lucía en la Procesión,
    el Paso de LOS AZOTES
    o de LA FALGELACIÓN.

    Se rumoreaba en Hellín,
    que rodeao de misterio,
    proyectaba un Panteón
    para nuestro Cementerio.
    De esta obra solo hicieron
    algo parecido a un “CUCO”
    y pararon varios años.

    Se decía que era un truco,
    sería su última obra,
    y le había detenido,
    con orden de no acabarla,
    hasta que hubiera fallecido.

    A pesar de su modestia,
    y su retraido pensar,
    Don JUSTO fue un arquitecto
    de fama internacional.
    Y aunque nunca mencionó
    que había recibido honores,
    se sabe que poseía
    varias condecoraciones,
    la de Isabel la Católica,
    grado de Comendador,
    Ateneo de Madrid,
    le nombró socio de Honor.
    Y también por otra parte
    le nombraron Académico
    de los de las BELLAS ARTES.

    MILNOVENCIENTOSVEINTIOCHO
    el día cuatro de junio,
    en su Casa Solariega,
    se produjo el infortunio.

    Confortao con el auxilio
    de su gran fe religiosa,
    dejó el mundanal ruido,
    JUSTO MILLÁN ESPINOSA.
    Y no digo que murió,
    pues hombre tan eminente,
    vivirá en nuestra memoria,
    por sobra, eternamente.

     

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