Fue durante mucho tiempo
comerciante distinguido;
uno de los más salientes
en el ramo de tejidos.
Pero, traspasó su tienda
y, para matar sus ocios,
dedicó su capital
a montar varios negocios.
Poseía una amplia finca
de excelentes condiciones
y la convirtió, enseguida,
en un Parque de Atracciones.
mas, pensándolo mejor,
muy pronto, en el Parque aquel,
levantó un gran edificio,
e instaló un Lujoso Hotel,
tan cómodo y confortable
que entonces constituía
un orgullo, para Hellín.
en cuestión de hostelería.
También traspasó el Hotel
y ahora no tiene otro anhelo
que jugar en el Casino
su partida de chamelo;
en cuyo juego es un “as”
con una intención tan noble
que, antes que dar ficha mala
prefiere ahorcarse el seis doble.
Es simpático, cordial,
locuaz y dicharachero;
muy apegado a su tierra
como excelente hellinero.
JERINGUIQUE