De comerciante sagaz
tiene dotes manifiestas.
Lo mismo trata en espartos
que hace una Sala de Fiestas.
Aunque a menudo lo veas
tranquilamente charlar
en las “peñas” que, a diario,
tienen tertulia en su Bar,
no va solo a solazarse
pues, cuando está en el rincón
con Moreno Catalán
con su tío y con Colon,
no es que esté gastando el tiempo
en improductivos ocios,
sino que desde allí atiende
a sus múltiples negocios.
Es culto, de trato ameno,
muy simpático y cordial;
igual te habla de Chamaco
que de Leroño o Rial,
y sensatamente opina
en los temas más variados
que en todo lo que sucede
está muy bien informado.
Tales son los caracteres
de un singular hellinero,
que forjó su gran VICTORIA,
como cumple a un buen “guerrero”.
JERINGUIQUE