Madre mía, Madre mía!
Si la voz de mi garganta,
cuando llora o cuando canta,
no es para decir María;
si este rayo de poesía
no te viniera a ofrendar
mis canciones, y a ensalzar
tu egregia y santa realeza
tu inmaculada pureza,
¿para qué quiero cantar .. ?
Si mis ojos no han de ver
la dulzura de tus ojos;
si risa tus labios rojos
para mí no han de tener;
Si dulce amparo al caer
mi llanto no ha de encontrar;
si gozando no he de hallar,
-tras fatales desengaños,
más que torturas y engaños ...
,¿para qué quiero gozar .. ?
Si, en fin, mi madre adorada,
no ha de discurrir mi vida
gustando la bendecida
miel en tu seno encerrada,
si después de la empeñada
batalla que he de seguir,
miro que he de sucumbir
en lucha tenaz e impía .
Entonces dí, Madre mía...
¿para qué quiero vivir?
Haz Reina que tienda el vuelo
y escalando las alturas,
contemple tus hermosuras
cara a cara, ahí en el cielo;
porque siendo acá en el suelo
sin Ti la vida morir
y el mayor gozo sufrir ...
¿para qué quiero cantar .. ?
¿para qué quiero gozar .. ?
¿para qué quiero vivir .. ?